La experiencia de la empresa 'Lácteos Las dos S' y el camino que recorrió la familia Giménez, en Entre Ríos, para plantar los cimientos de una pyme láctea que hoy pisa fuerte en la provincia.

A mitad de camino entre Gualeguaychú y Urdinarrain, en la ruta provincial 20 de la provincia de Entre Ríos, se encuentra ‘Lácteos Las dos S’, una empresa familiar conformada por Jorge Giménez, su pareja y sus tres hijos, que nació hace 30 años, producto del trabajo, el sacrificio y la superación. “Cuando era chico mi papá trabajaba como fletero de leche, repartía el producto en tachos y a caballo, como se hacía antes. Con el paso de los años, entró a trabajar en una fábrica donde aprendió el oficio de producir quesos. Con la idea de tener algo propio, alquiló una fábrica completa: con las máquinas para hacer dulce de leche, la marca y una clientela como para empezar. En 1992, en esta fábrica comenzaron a elaborar quesos y dulce de leche”, cuenta Ana, hija de Jorge.

El nombre de la empresa Las dos S, lejos de guardar una relación con la familia, responde a los apellidos de los dueños anteriores. Los Giménez decidieron mantener esta marca porque en ese entonces, el nombre contaba con presencia en la zona y colaboraba a continuar con la producción y los clientes.

Empresa familiar

“Mi papá es una especie de gerente general, mi hermano se encarga de la logística y la distribución de los productos, mi hermana tiene un punto de distribución y venta en Córdoba capital, y yo me ocupo de la administración y la comunicación”, amplía Ana sobre el rol de cada integrante de la familia.

“Todo lo que producimos lo hacemos con la leche de nuestro propio tambo que tenemos hace cinco años, ubicado cerca de la fábrica. Producimos dulce de leche (repostero y familiar), queso (cremoso, mozzarella, Holanda, sardo, provolone) y especiados, entre otras cosas más. Es una pyme familiar y nos encargamos desde la obtención de la materia prima hasta la producción final que llega a nuestros clientes”, detalla.

Sus productos hoy pisan fuerte en el norte de Entre Ríos -Concordia, Federación, Chajarí- y también en otras provincias como Misiones, Corrientes y Córdoba. Además, cuentan con clientes en la Patagonia, Río Gallegos y Capital Federal.

La empresa láctea produce dos mil litros de leche diarios, lo que significa unos 60 mil litros de leche mensuales, de los cuales la mitad se destinan a la fabricación de queso y lo restante a la producción de dulce de leche: “La particularidad que tiene nuestro dulce de leche es que es una producción artesanal, con una materia prima de muy buena calidad. Al ser una elaboración artesanal no utilizamos prácticamente esencias. Lo que nos comparten nuestros clientes es que nuestros productos tienen gusto a dulce de leche casero, no tiene gusto a caramelo ni a vainilla”, enfatiza Ana.

Respecto a la rutina de la actividad, la empresaria detalla: “Nosotros transportamos la leche hasta la fábrica, donde la mantenemos en tanques refrigerados y de ahí la pasamos a un tacho de acero inoxidable en los que se realiza una premezcla. Incorporamos el azúcar a la leche y el bicarbonato. Posteriormente, se cocina por varias horas hasta obtener la consistencia y el color del dulce de leche que nosotros necesitamos. Por último, se enfría con un enfriador y se envasa”.

Como a la mayoría de los productores y emprendedores, las restricciones por la pandemia les pegaron duro y el 2020 fue un año complicado para Lácteos Las Dos S: “Nosotros estamos muy ligados al turismo, a los eventos y la gastronomía, todas actividades que estuvieron cerradas por la pandemia. Veníamos de años con un crecimiento en cuanto a producción y clientes y, lamentablemente, en la pandemia tuvimos que reducir casi una cuarta parte de la producción de lo que solíamos trabajar para poder sostenernos”, lamenta Ana.

Plantados ya sobre el 2023, la empresa familiar proyecta continuar apostando a la promoción cultural, el turismo y el crecimiento de la economía regional de Entre Ríos: “Queremos seguir trabajando con nuestros clientes que confían en nuestros productos desde hace tantos años”, reflexiona Ana.

“También apostamos a tener una presencia más fuerte en Capital Federal y llegar a otras localidades de Santa Fe, como Rosario y La Capital. Nuestro objetivo es poder expandirnos, pero de a poco. Después de lo que pasamos con la pandemia, preferimos avanzar con mucha cautela. Nuestro objetivo es el mismo: seguir trabajando, y que la gente pueda conocer nuestros productos y, con ello, nuestra esencia regional, familiar y artesanal”, cierra la integrante de la empresa entrerriana.

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