La producción primaria de leche en Argentina está experimentando un proceso de transformación.., nuevamente.

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En la década de los 70 se generalizó entre los tambos locales el ordeñe mecánico, un primer cambio disruptivo que redujo significativamente el número de tambos iniciando un proceso de concentración que aún hoy continúa. En aquel momento los tambos tenían un número limitado de vacas pues el ordeñe se hacia a mano. Cuando comienzan a llegar las primeras máquinas de ordeñe en un principio hubo resistencia de los productores a aceptar la tecnología de automatización del ordeñe, se consideraba una inversión costosa y había recelo por la salud de las ubres. Pero después de algo más de 50 años de ordeñe manual, se pasó a un ordeñe mecánico

Hoy, otros 50 años después, los productores se encuentran ante un nuevo cambio tecnológico y miran con asombro la oferta que trae la nueva tecnología de la era de la digitalización, la lechería de precisión de la Industria 4,0. En estos últimos 50 años los tambos fueron creciendo en cantidad de vacas obligando a tratarlas por grupo y ya no individualmente como cuando tenían nombre, se ordeñaban en un brete a la par y eran alimentadas en comederos con «piola» donde cada una comía según su necesidad. Con la tecnología actual volvemos a tratar las vacas individualmente pero en otro nivel…un nivel impensado.

En Argentina los tambos grandes, casi 1.000, se mantienen en número pero crecen fuertemente en producción, y como observamos en el siguiente gráfico, con la evolución en los últimos 15 años, representan el 10% de los tambos pero ya aportan el 41% de la producción total argentina.

Entre estos grandes productores observamos fuertes inversiones para atender el bienestar animal con la construcción de galpones, el control de los purines y la gestión precisa de cada vaca (con alto impacto en la salud y productividad del animal) en un escenario de rodeos crecientes en los tambos. Aparte de llevar los sistemas de producción a otro nivel, es una tendencia que comienza a cambiar el paradigma comercial con una alta oferta de leche de calidad óptima por punto de recolección. La brecha se va ampliando.

Aparte de lo ampliamente conocido como son los retiradores de pezoneras y los lavadores automáticos de equipos de frío, entre la tecnológica a disposición del productor que mencionamos encontramos identificación electrónica, collares de monitoreo (actividad, rumia, alimentación, etc), localizadores con GPS y antenas, puertas apartadoras inteligentes, medición de la producción diaria por vaca, suplementación controlada individual, software de gestión del rodeo interactuando con la recopilación de datos de los sensores, y los equipos de ordeñe robótico voluntario que aparte de ordeñar (reemplazando la tarea menos preferida por los operarios y cada vez más difícil de contratar) incluyen toda la tecnología mencionada maximizando la libertad de la vaca para expresar todo su potencial.

Marcos Snyder

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