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26 Nov 2024
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Factor Humano en Tambo "pone el foco en la gente para hacer de la lechería una actividad sustentable, atractiva y con futuro en la Argentina", dice en su página web esta interesante iniciativa, corporizada por Fernando Preumayr y un equipo de profesionales que trabaja para amalgamar equipos de trabajos y aportar respecto al diseño de sistemas productivos para que generen condiciones atractivas de trabajo para las personas.
Juan Baialardo @whoanma

A la vez Factor Humano en Tambo, trabaja sobre temáticas de educación, familia y vivienda, la infraestructura regional, la inserción en la comunidad, la promoción del desarrollo personal y familiar y el marco legal y contractual de las empresas tamberas.
El programa está realizando, vía la red social Instagram y con buen suceso, una serie de charlas sobre experiencias de la gente en el tambo
Un periodista de TodoAgro siguió la charla de Jorge Olmedo, Ceo de la Fayuca SA. empresa que posee tambos en Castelli y Tandil, en la provincia de Buenos Aires, quien contó su experiencia hablando con Fernando Preumayr, quien oficia de conductor del ciclo.
LA TARJETA DE PRESENTACION
“Vengo de una familia agropecuaria, aunque más inclinada al lado de la carne, de chico nació mi vocación y es por ello que estudié agronomía, después también por amistad tuve contacto con la actividad tambera. Es una actividad que cuando te arrimás un poco te asusta por su complejidad pero cuando te acercas un poquito más te agarra y no te larga más”, arrancó Olmedo.
Y continuó diciendo “desde el punto de vista profesional en mis inicios trabajé en la industria, primero asesorando tambos por la zona de Abasto, cuenca de General Belgrano. Después estuve 14 años hasta que se vendió la empresa en 1999 cuando estaba a cargo de la gerencia y mantenimiento. Tuve una oferta de otra empresa muy grande que me ofreció hacerme cargo de la gerencia, pero la verdad que ya estaba medio cansado del tema y por suerte pude elegir por lo que me gustaba que era la oferta de la familia Rodríguez que había vendido la empresa, y ellos tenían un portafolio de inversiones y me ofrecieron a la venta de la empresa armar una empresa de agronegocios. Decidí por lo que me gustaba y cada vez que me levanto lo agradezco. Así nació La Fayuca SA, empresa que administro desde hace 21 años”.
LO ANTERIOR
Así comienza la historia de Jorge Olmedo y el tambo, aunque en un inicio hacía un poco de todo, y al respecto contó que “me asocié con el pool de un amigo, teníamos finca en San Juan que hacíamos algo de horticultura, teníamos un campo en Lezama, pero en mi cabeza faltaba un campo propio para poder hacer un tambo con las características que yo creía que tenía que tener para esa época, que era básicamente un tambo con 500 vacas, con 1,6 vacas por hectárea, con 20 litros por vaca, un proyecto de 10.000 litros por hectárea que en ese momento era un lindo objetivo”.
* Una evolución consistente y sustentable
Allí está la génesis de la compra de La Polvorilla en Castell, porque contó que “armamos el tambo y a los pocos años ese proyecto sucedió dentro de esa Argentina de 1999. La primera vaca recuerdo que la ordeñamos el 18 de marzo del 2001, ¡qué época! Teníamos un tambito en Lezama de 6 bajadas donde ordeñábamos de 120 a 140 vacas, una mañana mudamos todo, y entramos a ese campo con los tres encargados y el tambero. Cuando llegó de un campo de 6 bajadas a uno de 23 con todo inoxidable, porque nosotros veníamos de la industria, y en la primera mateada fue un NO rotundo porque se asustó el gaucho cuando vio, después lo convencí y hoy el hijo de ellos todavía me acompaña”.
EL CRECIMIENTO
La rápida y consistente evolución de La Fayuca implicó un crecimiento año tras año, hasta que “el año pasado abrimos un nuevo tambo en ese campo incorporando gente en un tambo robótico, confinado de 400 vacas con seis robots. Así que empezamos siendo cuatro personas y hoy somos 27 más cuatro profesionales más un encargado, es toda una evolución”.
Dice Olmedo respecto al tambo que “el proyecto original de esas 500 vacas con 20 litros, 1,6 por ha, hoy es 2,6 vaca/ha. con 28 litros promedio diario, y arriba de 20.000 litros/ha, pero espero dentro de dos años con el proyecto este estar arriba de las 1.100 vacas en ese campo con los dos tambos”.
En la historia de La Fayuca, en el año 2014 apareció un negocio en Tandil, y sobre el tema comentó que “terminamos alquilando un tambo de 1.200 vacas totales con 3 tambos que lo armamos en un año y medio. No teníamos cadena forrajera, no teníamos equipo de gente y hoy ahí tenemos 25 personas, 5 profesionales y estamos produciendo 28 mil litros”.
* La gente en el centro del proyecto
El diálogo entre Preumayr y Olmedo, seguido por una buena cantidad de televidentes se enfocó en la gente.
“En la parte operativa en Castelli (Tambo La Polvorilla) arranqué con mucha gente de Lezama que era donde estaba arraigado y después obviamente nos insertamos en Castelli, y hoy mayormente es toda gente de Castelli, pero todavía tenemos gente que vive en Lezama. En el caso de Tandil hay gente de todos lados, muchos que habían y otros que sumamos, trabajamos con algunas consultoras y en la medida que tu negocio está, que la gente lo conoce y los que están adentro les va más o menos bien, son parte del proyecto y demás siempre están los hermanos, los primos, los amigos, y así se va acercando gente. Normalmente hay un listado de gente que pasa y se anota para esperar que se arme una vacante”, reflexionó Olmedo sobre este tema.
Un punto a favor de La Fayuca es su compromiso con la comunidad, y sobre esto describió que “estamos bastante insertos en la sociedad, en lo que es Castelli participamos mucho con las universidades, por ejemplo el año pasado acompañamos en una tecnicatura agropecuaria en la parte de leche hicimos 8 módulos semanales y hoy dentro de la plantilla incorporamos dos personas que tienen esa tecnicatura. Hay una de las chicas que hizo la tecnicatura mientras trabajaba conmigo y hoy la está finalizando. Me interesa mucho la gente que está capacitándose, que quiere hacer otras cosas. En el interior hay tecnicaturas y a veces terminan en una estación de servicio o en otros trabajos. Yo digo que es una picardía y hay que estar atentos a eso. En su momento se acercaron de una tecnicatura agropecuaria de Castelli para ver si podíamos acompañar y obviamente ofrecimos tiempo, una vez por semana, nos repartimos los temas entre los profesionales y fueron pasando por los distintos sectores del tambo como parte práctica”.
E indicó que con la aplicación de mejores tecnologías, “el proceso de ordeñe de todos los procesos que tengo siempre es el más sencillo, repetitivo pero los niveles de decisión son bajos, por eso la automatización funciona muy bien, pero después tenés otros sectores como guachera, preparto, que cuando el tambo crece también necesitan ser rediseñados”.
* Prevenciones necesarias, mitos y verdades
El crecimiento no planificado parece convertirse en el peor de los enemigos en el tambo cuando se piensa en los recursos humanos y materiales. “Creo que al no diseñar y planificar el crecimiento el negocio empezó a romperse por distintos lados, se generan problemas y obviamente la estructura de la organización no fue diseñada para el nuevo negocio. Vos tenías 400 vacas, ahora tenés 600. Nosotros hace 30 años una vaca daba 17 litros y estábamos felices, hoy para una vaca de alta competencia le medimos el pH urinario para ver si esta con hipocalcemia, cetosis, nivel de inmunidad de los terneros, cuantos miligramos de inmunoglobulina le estamos aportando.
Estamos queriendo jugar un partido pero es imposible que lo hagamos con la misma estructura más dos ayudantes más. Mi negocio cambió y yo tengo que rediseñarlo desde su estructura”, expresó Olmedo.
Otra de las certezas que aportó Olmedo interpeló fuerte al auditorio. “No comparto cuando dicen que en el tambo a la gente no le gusta trabajar. Hoy trabajamos con un diseño de estructura de personal donde la gente trabaja 6 u 8 horas por día, que tiene una vida, y eso demanda poner más gente en relación del trabajo diferente como se hacía antes. Tener bien organizados los francos, todo el personal debe tomarse sí o sí un franco mínimo a la semana, vacaciones y estar preparados para cubrir problemas que surjan y que los procesos no sufran. Creo que los empresarios somos los responsables de esto”.

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