A la mayoría de las naciones occidentales, incluida la UE-27 y el Reino Unido, se les prohibió comerciar productos lácteos (así como muchos otros productos agrícolas) con Rusia desde 2014, cuando el país dirigido por Vladimir Putin se anexionó Crimea. Rusia ahora comercia casi exclusivamente con Bielorrusia, que es la responsable del 85% de las importaciones totales de lácteos del país ruso.
Mientras tanto, Ucrania depende más de la UE-27 para sus importaciones de lácteos, aunque también importa un volumen significativo de Bielorrusia. En todas las categorías de productos, Bielorrusia representa el 23 % de las importaciones totales de productos lácteos de Ucrania y la UE-27 supone el 76 %. Polonia y Alemania son los principales proveedores, en gran medida centradas esas ventas en el queso.
El Reino Unido realiza un comercio mínimo con Ucrania, exportando menos de 300 toneladas de productos lácteos en 2021.
Aunque la UE-27 es la fuente de la mayoría de los productos lácteos importados a Ucrania, equivale a solo el 1,6% de los volúmenes de exportación de productos lácteos externos de la UE-27. Esto significa que cualquier interrupción directa en los mercados lácteos debería ser mínima y, aunque los suministros lácteos mundiales siguen siendo escasos, es probable que cualquier producto desplazado encuentre fácilmente un nuevo destino de mercado.
