Las máquinas de ordeñar tienen un uso intensivo (varias horas por día) y permanente en los tambos en duras condiciones (barro, bosta y polvo). Por ello, un correcto mantenimiento es vital para mitigar los riesgos de fallas, que luego pueden provocar distorsiones en el funcionamiento.

La Dra. Florencia Ponce de León del Área de Productores de Conaprole dio algunos consejos sobre cómo realizar un correcto mantenimiento de las máquinas de ordeñar, teniendo en cuenta su “gran desgaste” y la necesidad de realizar un “mantenimiento permanente”.

“La falta de mantenimiento es una de las causas principales de un mal funcionamiento de las máquinas de ordeñar y las consecuencias pueden ser graves”, alertó Ponce de León.

Algunas de los efectos negativos pueden ser un incremento de las células somáticas en el tanque de frío o un incremento de los casos de mastitis clínica en el rodeo lechero.

Teniendo en cuenta que existes en el mercado distintos modelos de máquinas de ordeñe, se sugiere atender las sugerencias del manual del fabricante o del instalador del equipo. “La mayoría de las máquinas de ordeñe que tiene el país no cuentan con un manual”, indicó la técnica de Conaprole.

 

Puntos básicos y universales

 

Las pezoneras de las máquinas se deben cambiar cuando cumplen las horas estipuladas por el fabricante, en general, son unas 500 horas de trabajo para pezoneras de goma, que incluyen el tiempo destinado al lavado de la máquina. Las pezoneras de silicona tienen una vida útil algo superior a las de goma.

Por otro lado, las tapas rasgadas o rotas de las copas de las pezoneras se deben cambiar ya que afectan la velocidad de ordeñe, aumentan los deslizamientos de pezoneras y pueden causar espuma. Los tubos cortos de las pezoneras también deben cambiarse apenas se detecta una rotura porque afectan el masajeo para cuidar la salud del pezón de la vaca.

Los pulsadores hacen ingresar aire al casquillo de la pezonera 60 veces por minuto. Ese aire en general en los tambos contiene “mucho polvo”, por ello es fundamental limpiar con frecuencias los filtros de aire. Por su lado, la mangueras de la leche deben tener el largo justo, tocando apenas el borde de la fosa. Cuando las manqueras están opacas o están quedando duras o se están cuarteando, indican que deben reemplazarse.

El regulador de la máquina de ordeñe es el “cerebro” de su funcionamiento, por lo que también acá debe asegurarse una correcta limpieza de su filtro de aire. Los reguladores modernos tienen diafragma, por lo que es conveniente cambiarlos periódicamente.

Finalmente, la bomba de vacío, el “gran pulmón” de la máquina, es necesario que cuente con una correcta lubricación. Esto debe verificarse en forma diaria y una vez por semana debe chequearse que el aceite corra correctamente por los tubitos de plástico. Las correas deben estar bien tensionadas y en buen estado. Además, todas las partes abiertas deben estar cubiertas para evitar atrapar personas o animales.

“Las pautas son sencillas. Las cosechadoras de leche merecen el mejor cuidado. Una máquina mal mantenida puede provocar pérdidas importantes en la salud de nuestro rodeo”, finalizó Ponce de León.

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