Pablo Villano es presidente de Apymel, la asociación de pymes lácteas, visiblemente afectadas –negativamente- por el Programa de Incremento Exportador, o dólar soja.

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Esta tercera edición de la herramienta financiera se suma a las anteriores de septiembre y diciembre, cuando desde la lechería en general alertaban por el impacto negativo en su actividad, dado que la suba del valor de la soja elevaba los costos de producción mientras los precios de venta se mantienen, viendo la rentabilidad y subsistencia de los tambos comprometida.

Pero en esta tercera vuelta, el Gobierno Nacional decidió además de la soja, otorgar precios diferenciales por exportación a otros productos, que si bien los lácteos figuraban en los borradores preliminares, finalmente no gozan de este beneficio.

Para Villano, esto es doblemente perjudicial porque además este es un dólar soja bis: “Tercer acuerdo de dólar soja. Recordemos que hubo uno en septiembre, el otro en diciembre y ahora en abril. Yo digo que es tres y tres bis, porque los otros dos tenían una duración de 30 días. Este tiene una duración del 8 o 10 de abril hasta el 31 de mayo, o sea que estamos hablando de 50 días de extensión, casi dos meses”.

La particularidad de este nuevo dólar soja, explicada por el representante de las pymes lácteas: “En la producción láctea te afecta en la alimentación, porque te aumentan el alimento balanceado, te aumentan los insumos para alimentar las vacas, te aumentan los alquileres. El 50% de los tambos, y principalmente los proveedores de las pymes que yo represento, están sobre campos alquilados”.

Pero además, Villano cargó sobre las compensaciones prometidas desde el Gobierno Nacional, que desde Córdoba y en plena extensión del dólar soja 2, allá por diciembre, anunció el Impulso Tambero, que contempla una compensación a tamberos para paliar esas subas descriptas. Sobre esto, el presidente de Apymel describe: “A esto lo quisieron compensar, de acuerdo a las promesas de fin del año pasado, con el Impulso Tambero. Recién se llevó a cabo la primera cuota de cuatro que se iban a pagar, pero en marzo. O sea que esto obviamente es insuficiente. Además el impulso estaba para el dólar 2. Y ahora hay un dólar 3, y 3 bis. No sé cuándo van a compensar, porque tendría que ser inmediato. Con la misma medida que poner un dólar soja, poner una compensación, pero no solamente para la actividad lechera sino para las aves, para los cerdos”.

Pero para Villano la cuestión va un poco más allá de los números y la cuestión económica en si, sino que ataca el corazón de la cultura tambera y la ruralidad de los productores: “Muchas de las pymes nuestras tienen tambo. En nuestras pymes el tambo no es un número, sino que tiene nombre y apellido. Lo estamos viendo con mucha preocupación, porque primero tuvimos el tema de la sequía, las heladas tardías y ahora el dólar soja. O sea que es doblemente perjudicial. Todavía no se reparó el daño que se hizo con el dólar soja 2”.

Sobre la inclusión de los lácteos en la lista de los productos exportables que gozan de un dólar diferencial de 300 pesos, Villano asegura: “Primero iban a ser los quesos los que iban a figurar. Después, cuando salió la resolución, figuraban todos, porque decía lácteos y todos los productos. Ahora estamos en un stand by porque no hay ningún lácteo autorizado en la lista. Todas las semanas se van incorporando en las economías regionales distintos productos, y los lácteos no figuran. Yo creo que esto tiene que repararse, no podemos estar discriminados por el hecho de que afectamos en la canasta familiar”.

Entonces Villano, quien en diálogo con el programa radial Puesteros que se emite por Radio Regional LT23 San Genaro, analiza la cuestión de la doble función de los lácteos, quienes se exportan y la vez conforman la canasta básica y la mesa de los argentinos, con una inflación mensual galopante. Sobre esto afirma: “Obviamente que la leche afecta a la canasta familiar. El mercado interno que está abastecido, pero no está demandado. Hoy los números para la exportación no cierran. Nosotros lo vemos como que el exportador lácteo tenga la libertad de poder exportar, como tiene la libertad el que exporta soja, como lo tiene el que exporta aceite de oliva, como lo tiene el que exporta arroz, como los que están incorporando a todas las economías regionales”.

Sobre el abastecimiento del mercado interno y la posibilidad de exportar, el especialista afirma que gracias a la mejora productiva aparejada por las lluvias de las últimas semanas, no debería haber problemas para abastecer las góndolas de nuestro país: “En el caso de la leche va a estar absolutamente abastecido el mercado, porque se está recuperando la producción. Si no insistimos en que haya una paridad, un equilibrio entre mercado interno y mercado externo, con el dólar a 300 se equilibran los dos mercados”.

Villano va un poco más allá y subraya que el dólar a 300 no complicaría para nada la mesa de los argentinos: “No, no, para nada, no complica porque hoy con los números de exportación no se puede exportar, no hay exportaciones de lácteos. O sea, con esto del dólar a 300, no llega tampoco a equiparar el mercado interno. Va a aumentar la leche como va a aumentar el pan, como aumentar la carne, como aumentar el bulón en la ferretería, o la pintura en la pinturería. Con una inflación del 7, 8%, pensar que uno no pueda aumentar su mercadería, ¿Cómo hago yo para pagarle al tambero?”, concluyó Villano.

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