La merma de producción es incluso mayor en aquellas zonas que realizaron la plantación a partir de mediados de mayo.

La sequía que viene padeciendo el campo gallego desde hace semanas, como consecuencia de la prolongada ausencia de precipitaciones, está poniendo en riesgo la cosecha de maíz forrajero, indispensable para la alimentación del ganado en las explotaciones bovinas, de modo que los ganaderos ya cuantifican las pérdidas en cientos de miles de euros.

Roberto López, ganadero de Lugo y miembro de la directiva de la asociación Agromuralla -que agrupa a productores de leche de las provincias gallegas del norte-, asegura que la merma en la cosecha de este año será “como mínimo del 30%” en relación con la obtenida en la pasada campaña.

AÑO CRÍTICO

“Estamos hablando de un año crítico a nivel hídrico. Los manantiales se secaron a principios de julio y hace tiempo que los pozos se resienten. A estas alturas, el 30% de la cosecha de maíz está perdida, como mínimo”, dijo a Cope Lugo.

De hecho, aseguró que hay zonas en las que ese porcentaje de pérdidas “se acerca al 80%, por no decir que la cosecha está totalmente perdida”.

“Lo que se sembró a partir del 15 de mayo está arrasado. Las plantas prácticamente no han crecido. No dan sombra. Se ven plantas sin mazorca y secándose”, lamentó.

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