Piden que Conaprole “genere instrumentos financieros”

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En los tambos uruguayos la situación se complica cada vez más. Con raciones y fardos que suben de precio, vaquillonas y vacas que empezaron a parir en los encierros, menor remisión de leche y mayor endeudamiento porque las vacas tienen que comer para producir leche, los productores ya no saben qué hacer y comprometen sus bolsillos.

En la cuenca lechera tradicional, compuesta por Canelones, Florida y San José, las lluvias fueron escasas, ya no se puede plantar las avenas que conformarían reservas rápidas para el otoño y ahora hay que pensar en sembrar raigras. El problema es que falta humedad en el suelo para que la siembra prospere. Hubo productores que quisieron devolver la semilla de avena que compraron, porque no podrán plantar y no se las aceptaron.

“La leche que se perdió ya no se recuperará, pero lo peor son las consecuencias de la sequía, cuánto más vamos a perder y hasta qué punto los productores más chicos están dispuestos a endeudarse para seguir comprando comida para las vacas”, reflexionó Justino Zavala, directivo de la Agremiación Tamberos de Canelones y delegado de los productores ante el Instituto Nacional de la Leche (Inale).

Zavala consideró que “se está generando un endeudamiento alto” y las herramientas de asistencia a los productores se están terminando. “Hay productores que tienen espalda, que poseen líneas de crédito en los bancos. Esos venían bien porque el endeudamiento del sector lechero había bajado.

A la vez, hay productores chicos que están tomando los créditos de Proleco o República Microfinanzas, que ya llegaron a un punto difícil para seguir tomando créditos y ver cómo los van a pagar”, agregó el dirigente lechero.

En el mercado están ofreciendo fardos de chala de maíz que únicamente aportan fibra, no tienen nada de proteína, a US$ 85 y ese precio es a costo. En otro momento esos fardos la lechería no los usaba, hoy son necesarios para hacerle frente a la falta de comida. Un fardo de paja de trigo vale alrededor de US$ 40. Hoy los tamberos no tienen otro remedio que pagarlo para complementar con raciones que subieron 10% por tonelada.

Según la visión de Zavala y otros productores, “Conaprole se deberá involucrar más, porque hasta ahora apoyó mucho con líneas de financiación de la ración, tirando los pagos para adelante, pero las pérdidas las asume siempre el productor”.

Es por eso que los remitentes apuran y sostienen: “si la sequía se prolonga, Conaprole tendrá que tomar una actitud más fuerte de apoyo al productor, generando instrumentos financieros que le permitan a los tamberos salir de la sequía sin esa presión de endeudarse para pagar en la primavera o en poco tiempo”, sostuvo el directivo de la Agremiación Tamberos de Canelones.

Conaprole y otras industrias, están sintiendo una remisión de leche inferior a la habitual. “Los productores veníamos aguantando, pero cuando se comenzó a terminar la reserva de calidad, las vacas lo empezaron a sentir”, explicó Zavala.

“El precio de la leche se aguantó en dólares, ayudada por el tipo de cambio”, remarcó el dirigente.

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