Los enemigos de la leche de vaca trabajan sin descanso en la búsqueda de argumentos para lograr su cometido. Ya fueron por el cáncer, por las alergias, por la anti naturalidad, por la crueldad animal, por el calentamiento global… y le llegó el turno a la sexualidad.
No se muestran diferencias significativas entre la leche de las vacas que han sido tratadas con rBST la de las que no han sido tratadas con rBST
Se me ocurren muchas preguntas… Pero sólo te voy a hacer la de siempre...

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Si bien en el camino, los haters de la leche logran confundir a unos cuantos, el consumo de proteínas lácteas va en aumento porque la humanidad comprende que consumir lácteos hace bien.

Me los imagino rumiando: “Ah, no les importó enfermarse, ni los animales, ni destruir el planeta ¿Y ahora? ¡Eureka! ¡Esto sí les va a importar!”

…Y mi alarma de Google sonó, y en la misma frase aparecieron juntas la leche de vaca y la disfunción sexual. Mi capacidad de asombro es, de algún modo, infinita.

Fui urgente a ver de qué se trataba y resulta que en un artículo, The Times of India (y en varios otros basados en el mismo argumento) dice que los lácteos en general, y en particular los quesos pueden alterar el impulso sexual hasta, literalmente, matarlo.

Afirma que “los quesos comerciales están elaborados con leche de vaca tratada con antibióticos y hormonas y que su consumo incrementa la exposición a estas toxinas en el organismo, afectando nuestra propia producción de hormonas y provocando una acumulación que se traduce en disfunción sexual“.

Tuve que salir a buscar a quiénes supieran realmente de vacas, de leche… y de libido, y me contaron que en EU está autorizada la somatotropina que es una hormona que estimula la producción de leche.

El mercado está eliminando su uso, no porque se haya probado que se traslade al humano, sino por presión de los consumidores.

Aquí se usan hormonas para que las vacas sincronicen sus ciclos y poder inseminarlas con mayor eficacia, pero tampoco hay indicios de que lleguen a la leche.

Los controles de la industria son altamente sensibles porque, entre otras cosas, los fermentos que se utilizan en la fabricación de los quesos y otros lácteos, mueren al contacto con cualquier rastro de antibiótico.

La leche no cuaja si hay antibióticos, y no se logra el producto.

Así, cuando una vaca necesita ser tratada entra en “días de retiro en leche”, que es un período determinado, posterior al suministro del medicamento, en el que no se puede mandar la leche al tanque.

“Con una sola gota de antibiótico que va al tanque, lo echás a perder por completo”. 

Los que saben de leche, entonces, nos dejaron claro que no hay chances de que llegue a tu mesa un producto con antibióticos y hormonas, tirando por la borda toda idea de que puedan interferir negativamente en tu sexualidad.

Y como todo vaso de leche puede verse medio vacío o medio lleno, no quise quedarme sin la versión de los que saben de libido. ¿Mira si tenían algo para decir y me los perdía?

Los que saben de libido me contaron que los productos lácteos son ricos en triptófano que desempeña un papel primordial para la síntesis de la serotonina, la hormona del placer y de la felicidad, y la que aumenta el deseo sexual.

Potenciar los niveles de triptófano ayuda a incrementar los niveles de serotonina en el cerebro, propiciando las sensaciones de bienestar y motivando a la predisposición amorosa.

En la mañana el organismo está mejor predispuesto a optimizar el triptófano. ¡Qué mejor oportunidad para incluir lácteos que un desayuno!

Estar bien alimentados es la base para tener un cuerpo sano, estar activos, fuertes y energizados y, por consiguiente, llenos de ganas 🔥. ¿Entonces? Se me ocurren muchas preguntas… Pero sólo te voy a hacer la de siempre: 

¿Ya tomaste tu vaso de leche hoy?

¡Consumir lácteos hace bien!

 

Valeria Hamann

EDAIRYNEWS

 

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